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Cómo puedes pensar en arte cuando sientes el dolor de la muerte de un ser querido, en esos momentos de desesperación, la cabeza explota por la cascada de emociones que la rodean, el llanto en los ojos no permite observar otro color alrededor que no sea el gris, por momentos pareciera que el tiempo se detiene y nada tiene sentido,

El duelo de haber perdido un amor, es un proceso muy doloroso, el vínculo que creamos con la persona que se fue, Nietzsche lo llama el entre, refiriéndose al espacio que se crea entre dos personas, ese mundo construido solo por dos, que con la muerte de alguno de los dos se desmorona y no existe más.

Este entre, formado no solo por partes de las dos personas, esta formado por algo más allá de cada persona, se construyó con amor, risas, experiencias, recuerdos, abrazos, olores, entre muchas otras cosas, que después de la partida del ser querido se convierte en un espacio vacío. Es el vacío que sentimos al recordar a la persona que se fue, es el mismo espacio vacío que se vive en los sueños, es el mismo espacio vacío que sientes en el corazón, es el espacio vacío que sientes en la vida. 

Cuando nosotros construimos nuestras relaciones, vamos formando una imagen interna de la otra persona dentro de nosotros mismos para recordarla, cuando esta persona querida se va, solo se queda la idea, la imagen que tenemos de nuestro ser querido, sin embargo, ya no puede seguirse alimentando de ambos lados, porque la otra persona ya no esta. Este fantasma de nuestro ser querido, que se sobrellena de amor, de idolatría tratando de cubrir la falta del otro. Sin embargo, es importante tratar de transformar estos sentimientos que nos causan dolor, transformarlo en hermosos recuerdos para que cada vez que pensemos en la imagen de nuestro ser amado lo hagamos con una sonrisa y no con lágrimas. El dolor que genera la pérdida de un ser amado es lo que nos da vida, es la lucha que tenemos día con día para no caer en la locura, para no transformar nuestro duelo en depresión o en situaciones más severas como la melancolía. 

 

Que pasa con nuestra razón cuando estamos en medio de la pérdida de un ser querido, la mayoría de las ocasiones hay una desconexión entre la razón y la emoción, porque aunque tengamos claro que la partida de una persona por las circunstancias que sean tenía que darse, no estamos preparados nunca para afrontar la realidad desde la emoción, desde el corazón. A veces parecería mucho más sensato hacerle caso a la razón, sin embargo, nuestro cuerpo esta habitado por emociones que en ocasiones olvidan a la razón y se apoderan de nosotros. En estos procesos donde perdemos a alguien querido nuestras emociones son las encargadas de negar una realidad que resulta muy dolorosa, porque aquella persona que era especial para nosotros y nosotros para ella ya no está, nuestros pensamientos prefieren a veces usar la imaginación para tratar de evitar una realidad dolorosísima. 

Tal vez durante los momentos de desesperación podríamos pensar que la vida termina, que ya no hay un mañana, pero debemos también en resignificar la muerte de nuestro ser querido reconstruyéndonos internamente, eso es el duelo.

Este proceso de duelo acompañado de un especialista, nos ayuda a atravesar estos momentos donde las emociones nos invaden, para que después de trabajar con nuestro dolor podamos transformarlo en un hermoso recuerdo que nos genere felicidad y duela un poco menos. 

El duelo es un proceso de transformación, es arte, porque cuando empiezas a gestionar tu duelo, la vida podría observarse como un lienzo gris, que no tiene ni un color, ni un paisaje no tiene nada, sin embargo mientras vamos trabajando el duelo van apareciendo los primeros pincelazos de color, algunos trazos sin forma, como el pintor que poco a poco va creando un cuadro, no es el trabajo de un día, habrá días que sigamos viendo todo gris, pero al día siguiente seguiremos transformándonos, transformando esas emociones, ese dolor en una obra de arte, que dará paso a un nuevo yo.

Resignificar el dolor por la muerte de un ser querido, nos ayuda a honrar la vida de las personas que ya se fueron, recordarlos con amor y con una sonrisa, es el mejor regalo que podemos darles.